Hola, me presento, soy Michelle Arrambide, originaria de Monterrey, Nuevo León, tengo 37 años, y desde hace 18 años resido en Texas en los Estados Unidos. Vine aquí enamorada de mi esposo, sin imaginar que también hoy día estaría enamorada de lo que hago y sobre todo de mi cuerpo.

Te cuento que desde hace bastantito tiempo soy entrenadora personal, ya que siempre me interesó el mundo de los gimnasios, la actividad en ellos me encanta entrenar, hacer pesas, cardio. Pero en el 2018 comencé a involucrarme más a fondo, en el verdadero entrenamiento corporal, en realizar correctamente los ejercicios, en ir mejorando la técnica.

Por un tiempo entrené con una persona en línea, pero obviamente no es lo mismo que tener tu entrenador presente, aun así, en este tiempo, aprendí a diferenciar los movimientos de los músculos,  a alimentarme correctamente, pero estaba llena de dudas no resueltas y de no obtener resultados, de estar estancada en mi objetivo,  ya que nunca va a ser igual preguntarle a la computadora que a una persona de carne y hueso, entonces, busqué a quien pudiera apoyarme con mis entrenamientos y encontré a alguien que no solo respondía de forma fácil a mis preguntas sino que también, me guiaba en el aspecto alimentación que es tan importante en este medio, mi entrenadora personal, Tere, siempre me aclaraba las dudas acerca de por qué un vegetal es mejor que otro, que tipo de proteína consumir si quería lograr el resultado deseado. Era una gran diferencia, tener la confianza de saber que estaba siendo instruida en cómo realizar los movimientos de mi cuerpo, en mejorar mi alimentación. Esta mujer te llamaba la atención porque tenía un cuerpo muy definido, unas piernas que toda mujer quisiéramos tener, y fue ella quien me inició en esta disciplina, me contó que había entrenado para ser atleta y competidora.

Después de trabajar con mi entrenadora personal y ver resultados que me motivaron, yo también cambié mi enfoque a entrenadora nutricional, investigué más a fondo sobre el tema de la alimentación, comencé a trabajar y a notar los cambios en mis clientes, lo cual me motivó lo suficiente para seguir adelante. Te cuento que ser entrenadora personal no solo involucra la cuestión física, sino que también se envuelven otros aspectos como los psicológicos y los emocionales, saber de qué forma explicar y guiar a tus clientes, hacerles entender que lo que nos funciona a unos, no les funciona a todos los cuerpos, que ellos entiendan, como yo al principio, la importancia de la alimentación y realización de sus rutinas adecuadamente.

Con el paso del tiempo, me fui involucrando en el fisiculturismo, una disciplina que ha traído muchas alegrías y aprendizaje a mi vida, me decidí a participar en competencias, ya que creí que esto traería más validación a mi experiencia como entrenadora, ya que pensaba, ¿Cómo es posible que quiera conocer el cuerpo de otras personas, sino conozco el mío propio?

Como entrenador, cuando empiezas a ver los cambios que puedes lograr en tu propio cuerpo y luego notas los cambios que haces en otros cuerpos, es algo padrísimo y te motiva a realizarlo día a día, esto me encanta, ya que no solo veo cambios físicos sino también psicológicos, la motivación que veo en mis clientes es una felicidad que no me la da, te lo juro, ni el propio dinero que me pagan. El esfuerzo y sus resultados, lo valen, es una cosa padrísima, me encanta ver los cambios en clientes.

Ya decidida a entrar al mundo del fisiculturismo, vinieron los entrenamientos, más cambios alimenticios, más rutinas, que no son para nada parecidas a las que se ejecutan normalmente en el gimnasio.

En mi primera competencia, show, el año pasado, logré obtener el segundo lugar, lo cual me hizo calificar para la competencia nacional, esta experiencia trajo mucho valor y orgullo a mi vida, conocí mujeres excepcionales que no solo están ahí para competir si no para apoyarse mutuamente y motivarse unas a otras, en cada uno de los shows a los que he asistido, he tenido la oportunidad de conocer a personas extraordinarias.

La competencia nacional fue en Pittsburg, fue una experiencia inolvidable, conocí mujeres increíbles, era una competencia grande, en mi sola categoría, competimos más o menos 20 o 25 mujeres, yo quedé en el top 10, esto me ha enorgullecido muchísimo y me motiva a seguir creciendo más, voy a competir conmigo misma, con quien yo era el año pasado, porque esto es así, uno no compite con los demás, sino con quien fue en la competencia pasada.

Y aunque este año tuve que tomar un descanso forzado, por una cirugía en el oído, no pierdo la motivación y la dedicación de seguir adelante, actualmente en mi descanso, hago crecer mis músculos para volver a las competencias el próximo año, ya les contaré las novedades de mis próximas competencias.

Michelle Arrambide

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