
Algún día dije que nunca viviría fuera de México, que no me veía viviendo lejos de donde están mis papás, pero la vida se encarga de llevarnos a situaciones y lugares que a veces ni siquiera teníamos en nuestros planes. Y bien dicen, nunca digas nunca. En el año 2009 mi esposo y yo junto con nuestros dos pequeños hijos, decidimos empezar el proceso de Residencia Permanente en Canadá, después de investigar todas las posibles vías para poder iniciar el trámite y atender múltiples conferencias al final decidimos hacer el proceso directo con la embajada de Canadá. Mandamos la aplicación con todos los documentos y en 10 meses ya teníamos la residencia canadiense y ahí estaba por comenzar nuestra aventura. En Febrero del 2010, decidimos salir de nuestra zona de confort y emprender nuestro viaje rumbo a lo desconocido. Hicimos lo que no nos imaginamos; cómo vender todas nuestras pertenencias, renunciar a nuestros empleos, soltando todo lo que teníamos, llenamos 4 maletas de sueños e ilusiones y tomamos un vuelo solo de ida a lo que sería nuestro nuevo hogar, Canadá.
¡Emigrar es una experiencia maravillosa!, y cada quien cuenta de distintas maneras sus propias experiencias o como se dice coloquialmente “cada quien cuenta cómo le va en la feria”.Las experiencias que guardas al migrar a un país donde no tienes familia, donde no hablan tu mismo idioma, donde te encuentras personas con costumbres muy diferentes y por más que busques en todos los restaurantes nunca encontrarás el sazón de la comida de tu mamá. Todo esto podría leerse como una historia muy triste, pero en realidad no fue así, nuestro proceso de adaptación fue muy fácil, en parte estoy convencida que tiene mucho que ver la actitud con la que veníamos, estábamos convencidos de que si era necesario empezar desde cero lo haríamos pero que íbamos a triunfar y poder llegar a establecernos tanto profesional como en nuestra vida personal al mismo nivel o mejor que nuestra vida en Monterrey N.L. y así fué, las cosas se fueron dando sin pensarlo y poco a poco nuestra vida se iba ajustando a una nueva casa, nuevos trabajos y nuevos amigos.
Emigrar significa empezar desde cero y prácticamente “volver a nacer”, ese “renacer” viene con la ventaja de tener la experiencia que has logrado en tu vida, conocer y convivir con nuevas personas y una de las ventajas de vivir en un país multicultural es que conoces más lugares sin necesidad de viajar con solo convivir con otros inmigrantes de todas partes del mundo y compartir las costumbres y compartir los lugares donde han vivido es muy emocionante y enriquecedor, pareciera que el mundo se vuelve más pequeño.
Toda esta maravillosa aventura comenzó con un solo paso, una de las decisiones más importantes en mi vida: salir de mi zona de confort y atreverme a experimentar nuevas oportunidades.
Realmente no sabes todo lo que puedes lograr hasta que decides salir a buscar opciones, ese es el primer paso, no es fácil, pero una vez afuera verás que el trabajar por tus sueños y lo que te propones es más fácil una vez que el primer paso se ha dado. Existe un mundo mágico y lleno de posibilidades fuera de tu zona de confort!
Ruth Martinez
Instagram: @ruthmarvid
mi admiracion a todos los mexicanos que tienen el valor de volar fuera de su territorio ; mi comentario es para valorar la capacidad intelectual, manual e inovadora de los mexicanos al aceptarnos en paises extranjeros que valoran y demensionan el desarrollo y crecimiento que da el mexicano a los paises que se emigra. es lamentable que nuestros jefes en mexico nos nos valoren como fuera de mexico. es lamentable la forma de pensar de los politicos en mexico y de los empresarios que solo ven por el dinero que ganan y no por el desarrollo en todos los sentidos. la idosincracia de los politicos no ven por sus gobernados sino por sus propios intereses. felicidades por la revista y por todos sus colaboradores mi admiracion y respeto.