Las palabras que cambiaron el rumbo de mi vida. 

Esta es la historia real de una mujer que compartió su experiencia y que esperemos motive o ayude a otras que puedan estar pasando por algo similar. 

Recuerdos de mi niñez. Aunque mi madre era difícil y poco expresiva, durante mi niñez, ella me regaló los momentos más tiernos y cariñosos que tengo de mi infancia. A los 4 años, recuerdo que ella y mi papá se separaron, a los 8 años mi padre me busca y me pide que me vaya a vivir con él; las palabras que cambiaron el rumbo de mi vida, vinieron de mi héroe, del hombre que más admiraba y amaba, pues ¿quien no va a admirar tanto a su papá a esa edad? Él era un hombre exitoso, inteligente, fuerte, su experiencia de vida en el ejército y en la política lo hacían aún mucho más admirable para mí como su hija. Pero esas palabras, “Si te quedas a lado de tu mamá, no vas a tener nada de mí, no apoyo para ir a la Universidad, no viajes, no ayuda de ninguna forma, en resumen, si te quedas con tu mamá, no vas a salir de un pozo negro; el mismo en el que ella está” .  No podía creer lo que escuchaba, era una decisión de por sí difícil ya que a los dos los amaba por igual, sin embargo esas palabras fueron como un balde de agua fría, inesperado. No podía por ninguna razón, ni por estar a lado de mi papá, ni por la oportunidad de ir a la universidad, ni por nada en el mundo, dejar a mi mamá, la mujer que lo daba todo por mí. La recuerdo caminando en la lluvia, en el sol,en las tormentas conmigo en brazos, limpiando pisos, lavando ropa , cuidando niños todo para poder darme de comer. No podría ni volviendo a nacer dejarla y menos sabiendo todo lo que ella daba por mí. El efecto de esas palabras en una niña de 8 años es mayor a lo que yo misma o mi padre podrían imaginar. Creo que me hicieron crecer y madurar en la etapa incorrecta, y es por eso que el rumbo de mi vida cambió.

La etapa más difícil, llena de miedos y retos.

La adolescencia fue para mí como tal vez para muchos la más difícil, pero no solo por la rebeldía o los retos que sabemos todo adolescente enfrentan, si no por los retos y los miedos que tuve que confrontar. A pesar de ser una adolesente “nerd” y dedicada 200% a los estudios y trabajo, resulta que a los 12 un familiar muy muy cercano a mí decide iniciar una tortura psicológica con el objetivo de convencerme a tener relaciones sexuales, en otras palabras quería cometer incesto. Durante dos años estuve luchando contra un adulto que tenía mucho más poder físico y mental que yo, los miedos e inseguridades que experimenté llegaron a convertirse en ansiedad y depresión. La fuerza interna que desde niña me forjé y mi fe en DIOS, me ayudaron a liberarme, pedir ayuda y poder decir NO, ya basta. A los 14 años empecé  a trabajar en mis tardes libres después de la escuela para ayudar a mi mamá con los gastos de la casa y mi hermanito, pero después de unos meses desafortunadamente la persona que me había dado la mano para contratarme, intentó abusar de su poder, nuevamente me confrontaba con la misma o similar ansiedad y miedo de hacía solo unos años, pareciera que llevaba un letrero en la frente que decía: que les permitía a los hombres intentar aprovecharse de su posición, poder y usarme. A los 17 años fue lo mismo con otro jefe y todo esto durante el camino a lograr mi objetivo principal de aquel entonces, “Ir a la universidad”, cambiar la historia que mi propio padre me había forjado y mostrarme a mí misma y a mi padre que mi decisión a los 8 años de quedarme con mi mamá, era la mejor decisión que había tomado a mi corta edad. 

Eran tantos los obstáculos, que a veces me sentía derrotada, pero un día logré que me otorgaran una beca para el Tecnológico de Monterrey, lo cual era mi sueño. Pero lamentablemente era muy bonito para ser real. Lamentablemente mi mamá no me pudo apoyar con una mensualidad mínima para pagar un departamento, y tampoco su orgullo le permitía dejarme quedar con familiares que llegaron a ofrecerme ayuda. Durante las vacaciones de verano sufrí muchísimo por esa derrota que la vida me hacía vivir, y no entendía porque todo tenía que ser el doble de difícil para mí; que para el resto de las personas que me rodeaban en ese momento. Después de recordarme a mí misma las palabras de mi padre y lo que había superado apenas hacía unos años, me dije, esto no me va a parar, así es que decidí aplicar e iniciar en una Universidad privada que tenía el mismo plan de estudios que el Tec y su sistema era avalado por ellos. No fue nada fácil pues la universidad promovió el estudio de tiempo completo, y su plan de estudios daba poco tiempo para alumnos que tenían la necesidad de trabajar. Mi mamá me insistía: “¿Por qué no entras a la escuela de gobierno? es más fácil que puedas trabajar”,  pero me negué rotundamente, y al final era lo mínimo que podía hacer después de dejar ir una beca en la mejor universidad de Latinoamérica.

Con el apoyo del rector de la universidad, quien eventualmente supo de mi caso y me apoyó con beca en un inicio del 25% y al final 100%, y la ayuda de mis compañeros de clase quienes me permitieron usar su computadora para poder hacer mis proyectos, sin ellos, no me habría sido posible llegar hasta donde he llegado. Les agradezco infinitamente, así como un especial y amoroso agradecimiento al hombre que tomó el rol de padre, quien me regaló todo su cariño, su apoyo financiero en lo posible y sus consejos siempre llenos de bondad. A él quien al final del día fue un padre para mí, sin esperar nada a cambio. ¡Un abrazo enorme a mi hermoso güero!

Superación de Retos y Miedos, 

Una vez que concreté el reto más grande de mi vida (hasta ese momento) lo cual para muchos podría ser algo tan simple, como es terminar los estudios universitarios, trabajando, y manteniendo un promedio alto para poder conservar la beca, me sentí liberada y feliz de que la primera de mis metas había sido alcanzada. Logré superar mi inseguridad, miedos y empecé mi carrera profesional, y a temprana edad (24 años) obtuve un puesto de Gerente de Programa en una reconocida empresa que daba servicio de reparación a empresas como Microsoft y Hewlett Packard. 

Mi vida en México, el lugar que me vio crecer, el cual me dejó muchos recuerdos tanto amargos como algunos felices, ya no me daba esa felicidad, y sabía que había algo más allá afuera y algún día tendría que ir a buscar esa felicidad.

La fuerza de atracción para el éxito

A todas aquellas personas que sienten que la adversidad no tiene fin, que todo es el doble de dificil, es buen momento para recordarles que la Fuerza de Atracción existe. Lo que pensamos y declaramos, lo atraemos. En mi experiencia, puedo asegurar que todos los objetivos que he logrado los declaré, los afirmé y los aseguré incluso antes de tener la mínima idea de que sucederían. Logré cosas que en mi infancia jamás habría imaginado.

Eventualmente las oportunidades de trabajo llegaron a mi puerta, y después de una década de retrasar la inevitable partida, un día decidí emigrar a Estados Unidos. Profesionalmente todo iba de maravilla, tuve negocios personales que me ayudaron a crecer muchísimo, tuve la oportunidad de concretar una Maestría y toda esa experiencia estaba dando frutos. Lamentablemente todo tiene un precio, y para mi lo era el no tener la bendición de formar una familia, la bendición de ser mamá. Durante mi tiempo en Estados Unidos mi ex esposo y yo estábamos pasando por un mal momento, nuestro matrimonio apenas llevaba 2 años y con tan poco tiempo, ya estaba de bajada, finalmente en el 2016 decidimos separarnos y justo en ese momento pareciera que el Universo sabía lo que necesitaba, la empresa para la cual trabajaba me pidió apoyo ‘temporal’ en Holanda, fue una decision muy dificil pues yo pasaba por una separación y definitivamente el irme de Estados Unidos no iba a ayudar en nada. Eventualmente decidí tomar la oportunidad pensando que tal vez la distancia ayudaría a ser parteaguas para recuperarnos o dejarnos ir para siempre. Lo segundo sucedió en breve y una vez más ese fracaso personal me llenó de tristeza, sin contemplar lo difícil que es emigrar a otro continente, en un país frío, con la comida totalmente diferente, sola y durante el proceso de un divorcio, era en ese momento deprimente y sentía que ya nada tenía sentido. Ya mi carrera tampoco era suficiente para quitarme esa sensación de dolor y fracaso. Una vez más, pedí y declaré que un día lograría mi otro sueño, ser mamá. Y sin esperarlo en el momento menos pensado llegó a mi vida el hombre Holandés con quien menos me imaginé formar una familia. El día de hoy, tenemos un bebé de 1 añito que es mi vida entera. Formamos esa tan deseada familia que nunca tuve ni de niña, y al ver la carita de mi bebé todos los días al amanecer, me recuerda que TODO, absolutamente TODO por lo que pasé y luché ha valido la pena. Sin duda no es nada fácil estar lejos eso es algo con lo que tengo que vivir y ese sacrificio aunque es tan grande, de alguna manera Dios y la vida me ha regalado la amistad de personas maravillosas en mi nuevo hogar, y aunque no podré sustituir lo que deje en mi país, mi vida profesional y personal ha encontrado el balance y estabilidad que siempre necesité y deseé. Si tuviera que vivir de nuevo lo que la vida me hizo confrontar, lo haría millones de veces otra vez para poder encontrarme con los dos ángeles que están hoy a mi lado, volvería a vivirlo sin dudarlo. 

Por último, quiero decirle a todas esas personas que están leyendo este artículo y sintiendo que su historia es de alguna manera parecida, qué no se den  por vencidos, qué siempre hay una luz que cambiará sus vidas positivamente. Que las palabras que les duelen, los golpes que les dan, las traiciones, las caídas , los intentos de abuso etc, ¡TODO lo que no nos mata nos hace mas FUERTES !

Anónimo