“Los suicidas no quieren matarse, lo que quieren es matar su dolor”

A todas en algún momento nos llega esa temporada en la que sin pedir permiso Dios nos saca a empujones de donde ya no cabemos presentándonos los desafíos más dolorosos jamás imaginados, tales como un divorcio, una enfermedad o accidente mortal, la pérdida de un ser querido, la quiebra financiera, la difamación, un secuestro, un narcisista psicópata que secuestró a tus hijos para hacerte daño, abuso sexual o cualquier tipo de injusticia… Aceptémoslo, estás en un sube y baja emocional ante cualquiera de estas situaciones, te sientes mareada, sin fuerzas y confundida por no saber qué rumbo tomar;  te encuentras frente a la paradoja de la elección y la toma de decisiones se hace difícil, y te sientes diminuta, sin valor e incapaz de continuar, sin perspectiva de la vida; naufragando entre un agitado mar de pensamientos mordaces y despiadados que te cuentan mil y un historias de cómo fracasarás si haces o no haces esto o aquello, y tienes ganas de nada y miedo de todo. 

Yo soy María Saant una mujer como tú, con cicatrices, con sueños, también madre, hija, esposa y empresaria; y con este artículo quiero invitarte a este universo paralelo al tuyo para descubrir que dentro de nuestras alejadas y desconocidas vidas no somos tan diferentes, que te atrevas a creer en la magia que llevas dentro.

El mundo te necesita por quién eres, así que levántate y resplandece.

La incertidumbre, el temor y esa jodida sensación en la panza que se sienten cuando atravesamos por transiciones significativas en la vida nos nublan la vista, mata nuestra esperanza, nos hace caer en la desesperación y tomamos decisiones que nos llevan una y otra vez al mismo punto de partida; aceptamos menos de lo que valemos, nos conformamos y en lugar de simplemente vivir, sobrevivimos y seguimos naufragando.

No queremos morir, pero tampoco hemos aprendido a vivir.

Suena el despertador y no quieres despertar, pero te paras con ese aliento a rayos y esa cara larga; miras tu armario, y te das cuenta de que muy poco habla de quien realmente eres, te das cuenta de lo mucho que te abandonaste y el tiempo que perdiste viviendo una vida que no era la tuya, complaciendo a todo el mundo, siendo y haciendo todo para no ser rechazada, para no sentirte juzgada aun cuando eso signifique mutilar tu alma  tratando de meterte en el guión de la película equivocada, aun cuando eso signifique apagar tu brillo; te paralizas por todo y sin darte cuenta decides que no eres suficiente, una vez más.

Recuerdo que en esta temporada, en el invierno de mi vida, me iba a la cama deseando no despertar, sinceramente no es que me la pasara ideando mil y un formas de suicidio, pero algo dentro de mí, mi luz interior estaba menguando, mi jardín se estaba marchitando y me dolía en el alma, no me sentía feliz, no era feliz, no me reconocía a mí misma, mi cabeza era una fábrica de pensamientos autodestructivos que resonaban estruendosos con la furia de un huracán atormentando mi mar; era yo como las olas del mar, que el viento agitaba y llevaba de un lado a otro. Todo mi interior estaba colapsando, estaba totalmente desconectada de la vida, de mi esencia, de mí, de Dios, de todo y todos. Los días pasaban lentos, pero el tiempo pasaba rápido y a mí se me hacía tarde para morirme.

No me había dado cuenta de hasta qué punto los viejos patrones inconscientes  habían hecho su nido en mi mente y mi corazón, dándole forma a mi autopercepción y junto con todas las experiencias dolorosas de mi vida habían tomado control de mi ser al punto de sentirme completamente desconectada de mí misma, a punto de morir; porque lo sabía, sabía que moriría, sentía a la muerte respirar su aliento todos los días y aunque no estaba segura de sí se trataba de una muerte física o espiritual, sabía que tenía que irme, tenía que moverme, tenía que abandonar el escenario, tal y como lo hizo Jim Carey en la película “The Truman Show”, quien interpreta a un hombre cuya vida fluye con “normalidad” hasta que decide que es hora de emprender un viaje a las islas Fiji. Si ya la viste sabes a qué me refiero, pero si no; te recomiendo que te organices una velada con tus amigas para ver el filme y al final mientras comparten la cena reflexionen haciéndose estas preguntas: 

¿Quién quieres ser para interpretar al personaje estelar de la película de tu vida? 

  1. ¿Cuánto estás dispuesta a cambiar para conseguirlo? 
  2. ¿Qué acciones vas a tomar para lograrlo? 
  3. ¿Cómo te quieres sentir en la película de tu vida? 
  4. ¿Qué hay en tu agenda? 
  5. ¿Cómo te vistes, hablas, mueves y actúas para encarnar la postura de ese personaje? 

Estas preguntas te van a ayudar a saltar de la cama sí o sí, y de aquí en adelante van a resonar en tu cabeza porque la sabiduría ha alzado su voz en las calles de tu casa y en tus caminos interiores, ha venido a confrontarte en medio de esos momentos de amargura y oscuridad en donde sé que salir de la cama se siente como el desafío más grande, pero, aun así; inclina tu oído a ella y ¡Celébralo! ¡Celébrate! Estás en el mejor momento de tu vida, estás parada frente a tu muerte y te duele dejar ir a la vieja versión de ti que se siente conocida y cómoda; te aconsejo no te resistas, resistir es prolongar la agonía de la muerte; todo lo que tienes que hacer es abrir tus alas de mariposa, tus lecciones de vuelo comenzaron desde que fuiste oruga, ahora estás en tu fase de crisálida y duele porque no sabes ni quién eres sin embargo,  depende de ti salir de ahí, nadie más tiene la responsabilidad de hacerlo excepto tú, solo acepta, decide y elígete, no es tarde para retomar, redefinirse y diseñar la vida que quieres, de hecho ya lo estás haciendo, ya estás aquí.

Ahora, ¿te das cuenta de que pagarías cualquier precio por darte el lujo de ser tú misma con tal de vivir en la totalidad de tu ser?

Pero tienes miedo lo sé, porque no sabes cómo le vas a hacer, porque no sabes ni por donde empezar, porque sientes que no eres suficiente, porque esto o porque aquello. Hay creencias, conceptos, paradigmas y estándares ajenos; de belleza, de éxito, de maternidad, familiares, culturales y de estilo de vida que intentaron apagar tu brillo; eso es todo, ahora mírate con estos ojos de luz y decide que ese ser limitado, sombrío, carente de seguridad y confianza personal no eres tú.

Ámate, ama tu historia, ¡oh cuánto deseo que seas capaz de mirar al pasado y suspirar de gratitud y perdonar, perdonarte y abrazarte! Porque yo te quiero con ganas de todo y miedo de nada, con defectos, cicatrices e historias que contar, coleccionando momentos; creo que eso es lo que le da sentido a la vida, compartir, reír, amar, descubrir, saborear la vida en cada pequeño acto cotidiano. Capturando memorias que un día, antes de que el tiempo se nos haya salido del bolsillo seamos capaces de mirar atrás y sean las sonrisas y lágrimas de quienes nos despiden la impronta de todo el amor que dimos, de todo lo que el amor puede sanar y transformar en otros corazones. 

Hay una filosofía italiana que me ha ayudado a disfrutar de mí y de la vida y que he adoptado como parte de mi cultura personal para vivir honrando la vida y es que, con tanto vaivén en este naufragio, he llegado a la conclusión de que no se puede construir un futuro glorioso si no se vive un presente honroso.

¡Il dolce far niente! (léase con acento italiano) se trata de una manera de vivir en la contemplación apreciando cada acto en la cotidianidad de nuestra vida, es tomarnos el tiempo de comer, bañarnos, cocinar, lavarnos los dientes, hacernos la rutina de skin care o la limpieza de la casa sintiendo la vida en cada acto, es ir sin prisas, es honrar el presente, conscientes de la vida que fluye dentro de nosotras y que es un regalo que Dios nos da, por eso se llama presente. 

Te invito a que sigas mi trabajo como consultora de imagen en Instagram; encuéntrame cómo @alaialiberatupotencial. Y si este artículo te ha gustado, déjame decirte que es un spoiler de mi primera obra literaria RENACER que ya puedes comprar en preventa en el link de la biografía de mi perfil de Instagram.

Con amores 

María Saant

Tu coach en imagen de marca personal y negocios.

@alaialiberatupotencial