¡Hola! Mi nombre es Cristina Mellado, soy originaria de Ensenada, Baja California, y desde el año 2007 vivo en la ciudad de Monterrey. Llegué directo a la universidad, soy egresada de la facultad de psicología de la UANL. 

En aquel tiempo, mi idea era especializarme en el trato con adolescentes, yo me visualizaba trabajando en una escuela como psicóloga, y así tener la posibilidad de guiar a los alumnos en una de las etapas que considero es de las más difíciles. Llegué con ese plan en mente, plan que fui pensando aproximadamente desde la secundaria, pero como a veces pasa, mi plan inicial no coincidía con la realidad futura, puesto que ya había otra cosa planeada para mí.

Hasta el quinto semestre de la carrera, no tenía ni idea de que mi futuro laboral sería el trabajo con personas con trastorno del espectro autista (TEA), de hecho ni siquiera conocía esa condición. Fue en sexto semestre, cuando hubo una exposición de centros para la selección de prácticas profesionales, cuando oí hablar de autismo. Llegó la entonces coordinadora a la sala de usos múltiples, donde fue la exposición, dio su presentación, mostró un video institucional donde explicaban la condición y salían muchos de los alumnos, y yo quedé maravillada sobre el tema, me pareció muy interesante conocer sobre autismo, y me emocionaba la idea aprender y poder ayudar a todos esos niños a desarrollar más habilidades.

En ese momento mi única opción era entrar ahí, recuerdo haber mandado un correo pidiendo ser considerada para el ingreso. Después de unas semanas, dieron los resultados y enorme fue mi sorpresa y emoción al ver mi nombre como seleccionada para hacer las prácticas en esa institución. 

En Julio de 2010 inicié en un curso de verano que duró dos semanas, y en Agosto iniciaron las clases oficiales. En el horario vespertino hice las prácticas, y en el matutino el servicio social ahí mismo. 

Desde que entré todo fue nuevo, recuerdo que la psicóloga con la que estaba en la mañana era buenísima, y me explicaba cada detalle con un amor enorme, y yo solo memorizaba todo, practicaba y poco a poco fui aprendiendo muchas cosas.

Al terminar mi servicio social, me contrataron en la mañana, y en las tardes continuaba con mis prácticas. En el siguiente ciclo escolar me dieron grupo como maestra titular, y así fue por varios años más. Conocí a muchos niños, a muchas familias que depositaban su confianza en nosotros, y fui testigo del crecimiento personal y familiar de cada uno de ellos. 

Es una sensación realmente hermosa el ser parte de la vida de cada uno, llegas a amarlos, a emocionarte con cada logro, a ponerte triste junto con su familia por cada complicación, pero siempre tratando de dar la mejor cara, el mejor ánimo para que no se dejen caer, o para estar ahí y ayudar a levantarse.

Hasta la fecha agradezco a esa institución, en la que laboré por 7 años, fue realmente difícil tomar la decisión de irme, ya que era mi lugar feliz, me encantaba estar ahí y disfrutaba cada momento. Incluso al irme, definí ese centro como “el lugar donde descubrí mi verdadera vocación”.

Y quizá se pregunten, “si eras tan feliz ahí, ¿por qué te fuiste?”, todo en la vida son ciclos, y considero que el mío ya había terminado ahí. Desde el 2012 que me gradué, mi esposo (que también es psicólogo) y yo, iniciamos un proyecto personal, nuestro propio consultorio. Adaptamos un espacio en la casa de mi cuñada, compramos material de poco a poco, y empezamos a atender pacientes. Nos emocionaba mucho la idea de recibir niños y de crecer poco a poco. Al inicio, como todos, teníamos uno o dos pacientes solamente, y en poco tiempo iban llegando más.

En el 2014 mi cuñada vendió la casa y nos mudamos a otro lugar, hicimos adaptaciones y estábamos felices con el cambio. El crecimiento fue muy rápido, nuestros horarios iban aumentando y decidimos contratar a una terapeuta, después de un tiempo contratamos a otra, hacíamos cursos de verano y varias amigas psicólogas se nos unían para apoyar también. Fuimos incrementando la población y los servicios, hasta que en el 2018 nos mudamos a otra parte, por fin un lugar propio. De poco a poco hemos ido haciendo modificaciones para que se adapte mejor a nuestras necesidades. Hemos atendido a más de 450 personas, entre pacientes que solo vienen por diagnóstico, algunos que vienen por un tiempo en lo que entran a una escuelita y otros. Actualmente contamos con seis terapeutas, brindamos terapias en las tardes y en la mañana tenemos un grupo de niños pequeños dentro del espectro también; en total son 90 niños más algunos pacientes adultos que ve mi esposo, ya que él sí atiende otros casos también; nos sentimos felices con lo que hemos logrado y sabemos que aunque no ha sido fácil, si seguimos mejorando cada detalle, lograremos aún más. 

Varias personas que abrieron su centro me han contactado para platicar sobre nuestra experiencia, y para que les diera algunas recomendaciones; realmente no siento que haya una “clave” para lograrlo, para mí es una mezcla de actitudes y conocimiento, mismo que se va adquiriendo con el tiempo. Más que el mobiliario y cualquier material que puedas tener, estoy convencida de que hacer las cosas con alegría y amor, te beneficia enormemente. Así como, siempre estar al pendiente de las familias, platicar con ellos, saludar a todos siempre con una sonrisa, interesarse realmente por la situación de cada paciente, brindar estrategias para mejorar dentro de su mismo servicio sin que tengan que pagar algo extra, ser honestos siempre de una manera asertiva, escucharlos, explicarles lo que no comprendan con paciencia y amor aunque sea varias veces, dejar tareas y explicar el impacto y el objetivo de cada una de ellas, y sobre todo capacitarlos, que no se queden con dudas ya que mientras más sepan los papás, más trabajarán en casa, y mejores serán los resultados con cada alumno. Por nada del mundo hay que ser celosos con el conocimiento que hemos adquirido, ya que el conocimiento es para compartirse, yo no sabría ni la mitad de lo que sé si nadie hubiera compartido sus conocimientos conmigo.

El ambiente laboral también es un punto muy importante para que el trabajo sea más placentero, desde que iniciamos siempre hemos integrado a nuestro equipo a conocidos, personas que sabemos que trabajan bien y que su personalidad es amigable, o a personas muy recomendados por algún amigo, no nos gusta dejar entrar a completos desconocidos, ya que nosotros no solo les abrimos las puertas de nuestro centro, sino que también los hacemos parte de nuestras vidas, se vuelven parte de nuestra familia. 

Sacrificar cosas que nos gusta hacer es algo importante también, durante todo este tiempo hemos tenido que dejar de asistir a algunos eventos, tanto familiares como de amigos cercanos, ya que generalmente anteponemos el trabajo, al menos que sea algo súper importante y/o urgente. No cancelar sesiones por cualquier razón es parte de la responsabilidad que nos gusta tener, y así obtenemos la misma constancia de las familias. Ha habido muchos días en donde nos tenemos que desvelar para realizar algún reporte, diariamente nos despertamos temprano para asegurarnos de que todo esté en orden y limpio en el consultorio, todos los días hay que revisar planeaciones, reportes de objetivos, avances, tareas, constancias de asistencia, diagnósticos, etc. muchos documentos que solo nosotros revisamos; dejamos de comprar algunas cosas para nosotros por comprar material o más cosas para nuestro lugar, sobre todo al inicio. Lo que se ve siempre es lo más bonito, el buen trabajo, los avances, la alegría… pero para lograr eso hay muchísimas cosas detrás.

Y por último, ser agradecidos es algo que hacemos con regularidad; que las familias hablen bien de nuestro trabajo es algo que les agradecemos infinitamente, gracias a su recomendación hemos ido creciendo más, ya que nunca hemos pagado por publicidad. Agradecemos también a algunos familiares que de alguna manera nos han apoyado también, y a nuestro personal por mantener un ambiente bonito.

Hasta el día de hoy, nos sentimos afortunados y bendecidos de poder trabajar en lo que amamos, y más aún al ver los logros de cada pequeño, nos emociona verlos y nos alegra también que cada vez llegan niños más pequeños, en ocasiones prácticamente bebés (entre un año y año y medio), y mientras más pequeños inicien con la intervención, más oportunidad hay de incrementar sus habilidades adaptativas en todas las áreas del desarrollo. 

Me gustaría también, y me siento con la responsabilidad social, de informar un poco más sobre las características que pueden presentar las personas con TEA, para que tú que estás leyendo esto, las conozcas, y si notas que tu hijo (a), algún familiar o conocido presenta algunas, sepas que pudiera ser que presente TEA, y es importante acudir o recomendar que le realicen una valoración a ese niño, joven o incluso adulto. 

Las principales características son:

  1. Presenta un contacto visual distinto al de los demás. Puede que no le guste ver mucho a los ojos de las personas, que mantenga poco tiempo la mirada o que la evite porque se siente incómodo.
  2. En ocasiones puede parecer que no escucha cuando le hablan, pero si le ponen algo de su interés sí voltea rápidamente.
  3. Su juego puede ser repetitivo. Puede que disfrute de alinear juguetes o diferentes objetos, hacer torres y tirarlas, en los juegos con sus pares generalmente les gusta correr de un lado a otro o jugar a atraparse.
  4. Tiene dificultades en el procesamiento sensorial. Puede presentar selectividad para los alimentos que consume, molestarle algunos ruidos como la licuadora, taladro, secadora u otros ruidos fuertes, quizá no le guste mucho ensuciarse, o por el contrario, disfrute ensuciarse de más, puede haber algunas prendas de vestir que no tolere, o solamente le molesten las etiquetas de la ropa.
  5. Puede no tener lenguaje verbal, tardar en adquirirlo o tener peculiaridades en él (como el volumen o el tono de su voz, o utilizar palabras poco comunes).
  6. Camina sobre las puntas de sus pies.
  7. Mueve sus manos en forma de aleteo, o aprieta sus puños, generalmente al emocionarse.
  8. Puede ser muy activo o por el contrario muy pasivo.
  9. No le gustan mucho los cambios, puede preferir tomar siempre en su mismo vaso, puede costarle trabajo pasar de una actividad a otra.

Estas características se pueden observar, generalmente entre los dos y tres años de edad; pero es importante saber que desde antes del año y medio existen otras conductas, llamadas conductas prelingüísticas, que los bebés deben de desarrollar de forma natural. Estas conductas son:

  1. Presenta sonrisa social; si tú le sonríes debe regresarte la sonrisa.
  2. Señala los objetos que quiere pero no están a su alcance, y mientras lo hace voltea a verte a los ojos.
  3. Comparte intereses; si el bebé está jugando con algo, te lo muestra para hacerte parte de ese disfrute.
  4. Presenta atención conjunta; es capaz de entretenerse con una misma actividad en conjunto con alguien más, mirando a la otra persona y participando activamente de acuerdo con sus posibilidades.
  5. Voltea cuando le hablas por su nombre.

Es muy importante conocer las principales características para recibir un diagnóstico oportuno, y más que nada una intervención temprana. Una vez conociendo el diagnóstico, se pueden emplear diferentes estrategias que le beneficiarán enormemente en su día, cada niño es diferente, y tiene sus gustos e intereses específicos, pero sí hay algunas estrategias que en general benefician el desarrollo de los niños con TEA:

  1. Tener una agenda visual, la cual se realiza por medio de tarjetas con dibujos de las actividades que va a realizar en su día. De esta forma podrán anticiparle todo lo que va a hacer, y como es por medio de dibujos la comprenden mucho mejor, incluso aunque no hablen.
  2. Tener un reglamento visual, se trata de poner dos columnas, de un lado las conductas no permitidas y del otro lado lo que sí se puede hacer,  es también por medio de imágenes, y se debe repasar diariamente como prevención de conductas no aceptadas, no solo se usa cuando ya pasó algo que no debe hacer.
  3. Utilizar historias sociales. En ocasiones puede ser difícil de entender alguna situación, para esto podemos dibujarles lo que pasó o lo que va a pasar, tomando en cuenta las consecuencias de cada conducta; todo esto lo dibujamos a manera de historieta (no importa que no sepan dibujar con que se entienda y lo expliquen bien es suficiente).
  4. Otra recomendación es poner cuidado a la alimentación, muchos niños dentro del espectro pueden presentar alteraciones en el comportamiento debido al consumo de algunos alimentos que contienen gluten (trigo) y caseína (lácteos). Es importante que acudan con un nutriólogo que se especialice en este tema, y les pueda dar recomendaciones de dietas o incluso hacer estudios para detectar alguna alergia que puedan tener.

Estas son las recomendaciones más básicas, pero de muchísima utilidad. Si tienen alguna pregunta más específica con gusto pueden escribirme. 

Sabemos que hay muchísimo más por hacer, muchísimo más por aprender y más cosas por mejorar, sin embargo, tenemos la satisfacción de que vamos por buen camino, y nunca dejamos de considerar este lugar como nuestra prioridad, ya que es como nuestro hijo al que le queremos dar todo lo bueno, todo lo que le falte, pero tomando en cuenta siempre las necesidades reales. 

Tengo casi doce años en este camino, sé que es solo el inicio y me siento feliz por eso. ¡Gracias por leerme!

Cristina Mellado Santacruz

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