El pasado 2 de junio cumplí 13 años en este fantástico país y me fue imposible no mirar atrás y recordar ese primer día, cuando bajé del avión y caminé ese largo pasillo del avión hasta la caseta de control de pasaporte llena de emoción e incertidumbre por lo que me esperaba del otro lado de esa caseta.  ¡Salí y el idioma (francés) me parecía totalmente inentendible! ¡Cambié mis dólares por francos suizos los cuales jamás en mi vida había visto! Me tomó un tiempito conocer bien las monedas y todo me parecía super caro al hacer la conversión a pesos en mi mente y cada que iba al mercado me era imposible no hacer comparación de lo barato que costaba todo en México.

Por fin llegué a mi nuevo hogar, un estudio super chiquito en un noveno piso y al siguiente día, a buscar trabajo, pero ¿dónde y cómo? Después de un tiempo comencé a trabajar como nanny echando mi vida profesional por el caño, pero con un sueldo que en México con mi licenciatura ¡Jamás había ganado! ¡Me sentí millonaria con aquel primer sueldo que ni siquiera lo gasté todo! Lo laboral fluyó bien gracias a Dios, pero tuve otros obstáculos como primero el idioma y después ¡el no conocer a nadie! El GPS de mi iPhone se volvió mi mejor amigo porque no tenía ni idea de cómo moverme en la ciudad. Con el tiempo conocí una niña española que al igual que yo también cuidaba niños, ella tenía 18 años, también sola y por primera vez fuera de casa, automáticamente se volvió mi mejor amiga, cómplice, ¡Confidente y todo!

Aunque si extrañaba la comida la verdad me adapté muy bien; ya que años atrás viví en Italia y el resto de mi vida siempre había sido entre México y USA así que esa parte nunca la vi como obstáculo.  Al año mi amiga regresó a España para comenzar la universidad y yo me volví a quedar sola.  Años después en el 2014 llegó el mundial así que me lancé a la fan zone a ver un partido de México y encontré el paraíso. Lleno de paisanos todos amistosos donde conocí a mi inseparable amiga Araceli, cuando uno vive lejos y se encuentra con un paisano automáticamente se vuelve tu familia y apoyo.

Con el tiempo aprendí a dominar el idioma, el estilo de vestir fue cambiando, de pronto tus contactos de Facebook comienzan a cambiar por personas de Inglaterra, Francia, Italia, Suiza, etc. Es decir que todo el entorno ya era otro, con mis amigos de México cada vez tenía menos cosas en común y muchos hasta te juzgan mal y te tachan de presumida por viajar tanto o ir a algún concierto grande al estadio de Zúrich. Otros te presumen como su amiga la que se fue lejos y habla varios idiomas, tú crees que sigues siendo la misma, pero ¡ya no lo eres!

Todo parece muy bonito hasta que te llega la noticia de que se murió tu abuela y no estás presente, al año muere mi primo favorito y tampoco estuve presente. Entonces de nuevo empiezan los jueces familiares a tacharme de desconsiderada por no estar ahí, pero al final siempre hay un precio a pagar. Por un lado, pude realizar mi sueño de vivir en Europa y ser políglota, de encontrar el amor de mi vida güerito ojos azules, pero por otro lado no pude acompañar a mi papá en el funeral de mi abuelita ni a mi hermano cuando falleció mi sobrina ni tocarle la barriga a ninguna de mis hermanas cuando estaban embarazadas.

Ahora 13 años después, ya estando bien establecida y con 2 negocios funcionando, en mi corazón hay 2 banderas, a la raclette le pongo chipotle y aromat a mi guacamole, el camino no ha sido fácil pero si lo tuviera que volver a vivir lo haría sin dudarlo y sin cambiar nada ya que cada desacierto, cada fallo me ha llevado a ser la persona que soy ahora y solo me resta agradecer a Dios por haberme traído este país tan maravilloso con un alto nivel de civismo y seguridad, cosas que tristemente no tenemos en ¡México lindo! Agradecer a Suiza por todo lo que me ha dado, incluido mi esposo.  Una sola vez volví a México y mi conclusión fue que vivir lejos de México me hace sentir orgullosa de mi cultura y mis raíces, volver a México me hace recordar porqué me fui.

Lizeht Garcia-Poletti

IG: @lizzy_abroad
TikTok: @lizzyabroad