Hola, mi nombre es Iris, soy de Cancún, México, tengo 31 años y actualmente resido en Budapest, Hungría.
Mi pasión por viajar comenzó desde muy chiquita, siempre tuve la curiosidad de conocer otros países ya que, al crecer en Cancún siempre estuve rodeada de personas extranjeras.
Entré a la Universidad del Caribe en 2009, donde ofrecen a los alumnos varias opciones de intercambio, pero eso estaba fuera de mis posibilidades económicas, así que mejor me enfoqué en terminar mi carrera lo más pronto posible.
Durante ese tiempo tenía una amiga cuya prima trabajaba en un crucero y siempre me platicaba de sus experiencias y desde ahí mi meta fue hacer todo lo posible para aplicar a uno, me puse a investigar y encontré una agencia reclutadora en Cancún. Me gradué de la Universidad en 2013 e inmediatamente me puse a buscar trabajo en la hotelería para ganar experiencia y poder aplicar al crucero. Así pasaron casi 3 años trabajando de concierge mientras monitoreaba que abrieran la vacante de Servicio al Pasajero pero desafortunadamente en todo ese tiempo no la abrieron, yo había sido mesera mientras estudiaba y justo habían vacantes abiertas en Royal Caribbean, ya llevaba mucho tiempo esperando y decidí aplicar y conseguí el trabajo. El siguiente paso era esperar mi fecha de embarque, que sucedió un año después de haberme aceptado.
En agosto de 2016 me mandaron un email pidiéndome documentos y un contrato por 8 meses, que me pedía embarcar en Southampton, Inglaterra, así que al siguiente mes tomé un vuelo a Londres para pasar 4 días y conocer la ciudad antes de embarcar en Southampton. Estaba llena de emociones encontradas pero muy emocionada ya que finalmente estaba cumpliendo mi sueño.
Pasaron los años y ya estaba por comenzar mi tercer contrato embarcando en Helsinki, Finlandia en 2018 y en ese barco conocí a mi novio que es húngaro. Terminamos ese contrato juntos y seguimos con nuestra relación posteriormente.
Con el crucero tuve la oportunidad de conocer alrededor de 50 países, fue una experiencia única. Llegó la pandemia en 2020 y la industria estuvo parada por mucho tiempo, yo estuve desempleada por casi 2 años en México, después de pasar la crisis de la pandemia y hablar con mi novio tomamos la decisión de vivir en Budapest. Hasta Octubre del 2021 finalmente pude mudarme.
Al llegar inmediatamente me puse a buscar trabajo y soy honesta, no fue nada fácil, ya que por el COVID muchas empresas dejaron de otorgar el permiso de trabajo, pero al final pude conseguir empleo después de 7 meses de búsqueda, fue difícil pero no imposible. Llevo casi un año en la ciudad y la verdad me encanta el contraste que tiene la cultura húngara con la mexicana, la ciudad es impresionante tanto de día como de noche, rodeada de mucha naturaleza. La comida húngara es muy rica y tradicional, estoy muy asombrada con el eficaz servicio de transporte público, la arquitectura, la tranquilidad de la ciudad que no esperas por ser una capital. Cada estación del año cuenta con diversas actividades, hay bastante variedad de comidas y restaurantes, conciertos de música, exposiciones de arte, parques para actividades al aire libre, reuniones semanales para conocer gente, spas termales, en fin jamás te aburres aquí, siempre hay algo que hacer aunque su tamaño sea pequeño.
Haber crecido en una ciudad cerca del mar y ahora vivir entre las montañas es totalmente diferente, disfruto cada instante y agradezco todos los días tener la oportunidad de vivir aquí.
Si tu meta es emigrar fuera de México busca siempre opciones y oportunidades, ahorra mucho, prepárate y sé perseverante.
Si deseas descubrir este maravilloso país conmigo te invito a seguirme en instagram
@irisenbudapest donde comparto a detalle los lugares de la ciudad, tips y las fotos que me encanta tomar alrededor de la ciudad.
Espero que mi historia te inspire y persigas tus sueños, que nada te detenga.
Iris