Mi historia: De México a Chile, un viaje virtual y real.
Así es, terminé viviendo en Chile, y déjame decirte que mi vida está lejos de ser normal. A veces siento que soy como un avatar digital, porque todo lo bueno parece llegarme por internet. Quédate hasta el final, y te contaré una historia virtual que se convirtió en mi vida real.

De los tacos a la empanada de pino: el giro inesperado.
Para empezar, déjenme decirles que nunca planeé mudarme a la esquina del planeta. Yo era feliz con mis tacos, mi salsita y la vida colorida de mi barrio en México. Pero aquí estoy, con un mapa de Sudamérica en una mano y Google Maps en la otra, porque sigo sin saber si voy al sur, al norte o si ya di la vuelta completa y estoy camino a casa.
Y sí, si te preguntas por qué llevo esta vida medio «avatar digital», es porque aprendí a hacer casi todo en línea: mis amigos, las recetas (bendito YouTube), los memes… ¡hasta conseguí marido así! Y no hablemos del clima: si en México me quejaba del clima, en Chile descubrí que puedes vivir las cuatro estaciones en un solo día. Sólo que, con mi suerte, parece que alguien olvidó programar el verano en esta esquina del fin del mundo.
Spoiler: lo bueno es que, si ya te pasaste todo Netflix, en Chile el internet es tu mejor amigo. Así que aquí estoy, viviendo entre videos, clases virtuales, recetas a distancia y haciendo negocios, ¿adivina cómo?… ¡Exacto, por internet!
¿Cómo acabé casada con un chileno? La magia del algoritmo.
En el año 2010, agregué por error a un «amigo» de la primaria en Salina Cruz, Oaxaca, la ciudad donde nací. Y digo «por error» porque ni era mi amigo, ni fuimos a la misma escuela… ¡es más, nunca vivimos en la misma ciudad! Resulta que este «error» me llevó a conocer a un amigo suyo, un ciclista chileno llamado Carlitos Pizarro.
Al principio, no le presté mucha atención, pero el destino y Facebook (que sabe más de nosotros que nosotros mismos) hicieron su magia. Un día, Carlitos me mandó un mensaje: «¿Tú también eres mexicana?». Y yo, en mi tono bromista, le respondí: «¿Chile es un país que existe?». Desde ese momento, comenzamos a hablar, a reírnos y, sin darnos cuenta, a construir algo especial.
Pasaron los meses y, tras un difícil episodio en su vida, comenzamos a hablar todos los días. Hasta que un día, el 29 de agosto del 2011, nos preguntamos si podría haber algo más entre nosotros. Yo dije sí (porque las historias de amor también necesitan decisiones rápidas), y cuando me preguntó cómo haríamos para estar juntos, respondí: “Fácil, viajo a Chile”. Y así, sin haber sido novios, nos comprometimos.

Viajé a Chile el 4 de noviembre y nos casamos por lo civil el 29 de diciembre del mismo año. Luego nos fuimos a México por un tiempo, nos casamos por la Iglesia (otro 29 de diciembre, porque nuestra historia no es una historia de 10, es una historia de 29) y en 2014 regresamos a Chile para quedarnos.
De Periodista a Empresaria: reinventándome en otro país.
Cuando llegué a Chile, me di cuenta de que la vida de migrante es un reto. Pero si algo tengo claro es que no me rindo fácilmente. Como Licenciada en Ciencias de la Comunicación con especialidad en Periodismo, siempre me ha gustado contar historias. Pero ahora, en un país nuevo, decidí escribir la mía de otra manera: emprendiendo.
Hoy soy una empresaria exitosa con dos negocios. Junto a Carlitos, tenemos Carlos Pizarro -Creaciones en Madera-, una empresa de muebles y artesanías personalizadas, donde transformamos la madera en sueños tangibles. Y además, soy líder de la Tribu Inmensurable, una red soñadores que hacemos Network Marketing, donde ofrecemos productos ecológicos (Aromas Sustentables) mientras ayudamos a otras personas a emprender. ¡Todo esto sin salir de nuestra oficina en casa! Que, si les soy sincera, suena sofisticado, pero a veces significa trabajar en pijama con una taza de café en la mano.
Ayudando a otros a emprender: mi misión.
En 2017 recibí el reconocimiento de Mujer Migrante, por mi labor social de ayudar a otras familias a emprender. Como Periodista y Emprendedora, creé Mexchil Radio-TV, un medio digital para apoyar a emprendedores hispanohablantes en todo el mundo. Me convertí en vocera de los que sueñan con un futuro mejor, dándoles herramientas y mentorías para que sus negocios prosperen. Y, gracias a Dios, hemos apoyado a cientos de familias hispanohablantes en más de 80 países.
Trabajo con muchos migrantes en Chile porque, si alguien entiende lo que es dejar todo atrás y empezar de cero, soy yo. Y sé que el emprendimiento es una de las formas más poderosas de encontrar estabilidad y libertad en un nuevo país.
Mi vida hoy: amor, negocios y mucha comida mexicana.
Hoy, Carlitos, nuestra hija y yo disfrutamos de la libertad de trabajar desde casa, compartiendo cada desayuno, comida y cena (que, por cierto, sigue siendo mexicano el 80% del tiempo). Viajamos, exploramos y, cuando el frío chileno nos deja, disfrutamos del sol.
Esta historia, que comenzó con un clic y un «error» en Facebook, hoy es una realidad hermosa que me permite inspirar y ayudar a muchas personas. Así que, si alguna vez dudas de si un sueño loco puede volverse realidad, recuerda que hasta el amor puede llegar por un mensaje inesperado.
Esta es una pequeña parte de la historia de por qué me bajé en esta parada al final del mundo. Si quieres conocer más sobre mi historia y mis proyectos, sígueme en mis redes sociales:
Facebook:
Marca Personal: https://www.facebook.com/anelepinkus
Empresa Familiar: https://www.facebook.com/Carlos.Pizarro.Creaciones.en.Madera
Radio-TV Digital para Emprendedores: https://www.facebook.com/mexchil
Instagram:
Marca Personal: https://www.instagram.com/anelepinkus/
Empresa Familiar: https://www.instagram.com/carlospizarro_c
Radio-TV Digital para Emprendedores: https://www.instagram.com/mexchil_radio
TikTok:
Marca Personal: https://www.tiktok.com/@anelepinkus
Empresa Familiar: https://www.tiktok.com/@carlospizarro_creaciones
Radio-TV Digital para Emprendedores: https://www.tiktok.com/@mexchil_radio
¡Nos vemos en el próximo capítulo de esta historia que sigue escribiéndose día a día!