No recuerdo desde cuando comencé a ser ambientalista pero de lo que sí estoy consciente es que desde pequeña, he pensado que nuestro planeta es hermoso, misterioso y muy vasto, en proyectos de la escuela primaria como “El niño y el mar” quería mostrar los enormes mamíferos que viven en el océano, el tiempo transcurrió llegue a la universidad, y mis muy pacientes maestros de la universidad me enseñaron sobre el diseño de edificios sustentables y ecológicamente responsables y esto lo plantó la semilla de buscar que tipo de materiales y métodos de construcción eran óptimos para lograr la edificación sustentable e inclusive me dediqué a la venta de uno de estos materiales y como resultado de mi breve paso por esa empresa tuve la oportunidad de compartir una pequeña conferencia acerca de Arquitectura Sustentable que a la vez servía como presentación de dicho producto, años más tarde la vida que siempre te conduce al destino correcto lo quieras o no, me llevo a un curso de maestría virtual en España que empezó como Arquitectura Bioclimática pero un día el programa evolucionó y sin más ni más el consejero de la universidad decidió trasladar mis estudios a un campo diferente, el de las Energías Renovables, fue un shock porque pues no estaba en mis planes cambiar de carrera (ya era arquitecto y aterricé de imprevisto en la ingeniería) pero gracias a ese campo hoy día estoy en este punto donde mi trabajo se basa cien por ciento en identificar e investigar los impactos medioambientales de cualquier índole, buscar alternativas más amables y ecológicamente responsables, ahora desde el área científica puedo, con la misma curiosidad y capacidad de asombro puedo seguir mostrando que mi hogar lo contiene todo, espero me acompañes en este camino.
Ahora bien en los últimos años, se nos ha bombardeado de información ecológica, un cambio climático inminente y de cómo nosotros los terribles humanos, hemos ido deteriorando este enorme gigante azul que nos alberga y que nos provee absolutamente de todo, pero ¿qué si te dijera que tenemos un planeta de respaldo? Te sorprendería saber que mis anteriores declaraciones son ambas ciertas. El clima ha ido cambiando sí, pero este tipo de reestructura atmosférica se ha dado antes, lo único que nos señala como sus detonadores es en gran medida nuestra necesidad de “bienestar” que nos ha llevado a apresurar el proceso.
Antes de empacar para irse a vivir a Marte y a Luna, te explico cuál es nuestro planeta numero 2, esta copia de seguridad que la madre naturaleza nos ofrece si nosotros mismos estamos dispuestos a ver, respetar y compartir sanamente con las demás especies ya que y aunque suene hippie y probablemente no sea del total agrado de muchos que piensan que por usar tecnología y construir rascacielos, nosotros tenemos más derechos que el resto de los seres vivientes de mundo, para la naturaleza lo mismo vale tu vida que la vida de otro ser vivo, igual de importante son las ballenas que los elefantes, porque entérate de esto: no somos la especie más importante sobre la superficie de la tierra, vives en un ecosistema dependiente de otras especies y que con la extinción de las demás, los más perjudicados seriamos los “homo sapiens”, así que para proteger a todas las especies, existe un planeta B, uno que por estar dentro de las ciudades ni siquiera somos capaces de imaginar y que solo los animales logran disfrutar de él ¿sabes por qué ellos sí gozan de este mágico lugar? Porque ellos no contaminan, no dejan rastros de basura ni utilizan el plástico, ni tóxicos no biodegradables, no hacen tala desmedida de los bosques, es más, aún con el ciclo de vida, donde una especie se alimenta de otra, hay algo llamado equilibrio, siempre ha habido especies en extinción pero el ser humano es quien apresura la velocidad con la que se extinguieron las últimas especies, para crear comodidad, construir ciudades, carreteras, fábricas y todo lo que conlleva la civilización actual.
Este otro planeta B y no hablo de salir al espacio exterior donde se piensa que es mejor opción gastar miles de millones de dólares en explorar otro mundo allá afuera que invertir en el que ya vivimos , está aquí, inclusive en tu patio trasero si decides plantar árboles frutales, hierbas y vegetales, existe en la medida en la que administramos los recursos y residuos en nuestros hogares, no es una utopía existen algunos modelos a seguir alrededor del mundo, por ejemplo en Bélgica, en una pequeña colonia residencial los vecinos decidieron hacer huertas comunitarias e intercambiar víveres y aunque podamos suponer que todo es miel sobre hojuelas, hubo conflictos al principio, votaciones locales e inclusive se pensó optar por otra alternativa para el cambio amable que su tierra necesitaba urgentemente (los terrenos de la región sufrían un tipo de erosión que inclusive empezaba a dañar salud de los habitantes) pero debo advertirte, este planeta alternativo no está al alcance de todos, recuerda que para acceder a él debes respetar todo tu entorno y sus habitantes, administrar tus residuos de forma inteligente, estos últimos meses que hubo menos contaminación, el uso de látex y materiales de uso médico industrial han causado un efecto medio ambiental que seguramente veremos por varias décadas en el mar y en el subsuelo, poco a poco tratar de ser como los animales, que no dejan rastros dañinos para el ecosistema en el que viven, poco a poco te iré dando sugerencias simples y sencillas para ir modificando costumbres y ser más “ecológicos”.
Entender que es nuestra responsabilidad, no culpabilidad, de nuestro paso por este planeta, es el principio de esta nueva normalidad ya que si bien es cierto que algunos recursos ya no están disponibles siempre es un buen tiempo para tomar conciencia y preguntarse ¿qué hago por el bien de mi planeta?
Taydee Ramirez Cerda
Arquitecta de origen, Ingeniero por Maestría y actualmente cursando un Doctorado (PhD) en Ciencias Ambientales. También tengo un hobby increíble que son las terapias holísticas.
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