Hola, mi nombre es Nancy Leal, soy psicóloga, especializada en el área cognitivo conductual. Agradezco a Reunión M por el espacio y me gustaría compartir en esta edición acerca de un tema controversial que provoca vivir en un ciclo sin salida, la culpa.

A lo largo de la historia entendimos, la culpa, como un estímulo que provoca la generación de conductas no funcionales, hoy descubrirás una manera diferente de entender esta emoción, para integrarla a tu vida, sin que cause estragos y logres cerrar ciclos que probablemente sigan estando activos en tu vida. La resignificación de conceptos, creencias, o experiencias, nos permite modificar todo un proceso psicológico, que durante días, meses e incluso años, nos mantiene, en un lugar emotivo erróneo, generando olas de conducta que nos arrastran, golpean y hacen sentir vulnerables.

Entendamos entonces, que la culpa, solo es  una consecuencia, a una decisión que tomé en un tiempo determinado, a una experiencia temporal. Y que,  esa consecuencia ,no fue lo que esperaba, no me gusta, no la acepto o no sé cómo manejarla. Haciendo esta resignificación, voy entendiendo que la culpa no es verdaderamente el foco de atención.

Debo ir un paso atrás,  y cuestionarme  ¿Cuál fue la decisión que tomé, respecto a esa experiencia, lugar, momento o persona, que me provocó sentir culpa? ¿Lo que decidí, fue porque yo pensé que era lo mejor, o porque otros me dijeron que era lo mejor? ¿Fui suficientemente valiente? ¿Hice realmente lo que yo deseaba? Cuestiónate!!  Cuestiónate, sin juzgarte, hazlo para saber dónde estuvo el fallo y verdaderamente ser capaz de vivir cada experiencia como un maestro, que enseña lecciones valiosas y no como un maestro que te golpea y no te deja evolucionar y caminar en aprendizaje. 

Hacer consciente nuestra toma de decisiones, permite responsabilizarnos de manera respetuosa de las consecuencias.

Hacerse responsable de la culpa por una decisión tomada, sin duda, terminará por disminuir, incluso erradicar esa oleada de conductas no funcionales, que aparecen después de la emoción.

Como toda emoción, la culpa tiene una función adaptativa, es decir, la culpa nos enseña a aprender de nuestros errores y poder crecer como personas.

Los seres humanos, aprendemos a «sobrevivir» los sentimientos de culpa, pero debemos  reeducar nuestra psique, y aprender a vivir sin ellos.

Esto te  servirá si te has enfrentado al sentimiento de “la culpa”.

Recuerda, que la decisión que tomaste, en aquel momento, era lo único que podías hacer, de acuerdo a la información y herramientas que tenías en ese tiempo.

El gran Sócrates dijo

» No puedes juzgar la ignorancia del pasado, por el conocimiento del presente»

Cada vez que tomes una nueva decisión importante,  recuerda que debes hacerlo, pensando en tu bienestar. De esta manera garantizas la menor probabilidad de sentir culpa. «Si todo sale como lo esperabas, te sentirás feliz de haber tomado esa decisión, y si no, te sentirás agradecido de haberlo intentado.»

Vive amando, agradeciendo y resignificando la vida.

Shalom.

Nancy Leal

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