No sé muy bien cómo empezó todo. La verdad es que mi intención no era el convertirlo en un nadador profesional. Mucho menos que dedicara la mayor parte de su vida a competir y lograr lo que a sus 16 años ha logrado.
Mi intención era que aprendiera a nadar, (algo así como un seguro de vida extra) quería que hiciera ejercicio y para qué mentir? Quería que se cansara para que por la noche se durmiera rápido. 😬
Diego inició su carrera a los 3 añitos en la Ciudad de México y aunque nos hemos mudado de ciudad y país varias veces, me las he arreglado para que siga entrenando.
No he podido sacarlo de la alberca desde hace 13 años y aunque ha probado otros deportes sigue volviendo y manteniéndose en la natación.
De alguna forma este maravilloso deporte se hizo parte de nuestra vida y aprendimos el lenguaje de «short course» y «long course», Los trajes de baño, aletas y gorros de natación se volvieron artículos comunes en nuestra casa y hasta ahora he perdido la cuenta de la cantidad de googles que he comprado y que mi hijo ha perdido.
No creo poder recordar todas y cada una de las gradas en las que he estado sentada por horas esperando su turno y conforme pasan los años he sido testigo de que el éxito de un niño atleta descansa siempre sobre el compromiso que sus papás tengan con él y con el deporte porque no es posible que un niño alcance su máximo potencial sin el apoyo de sus papás y -como me pasó a mí- llegará esa época en la que será tu hijo el que te jale a llevarlo a los entrenamientos, a los partidos, a las competencias.
En ese momento, te darás cuenta que esa semilla que sembraste por fin empieza a dar sus frutos. La constancia siempre paga y paga bien 🙏🏻
La dinámica de un hogar con un niño atleta también es distinta. Sus hermanos tendrán que ser parte de la logística y la alimentación «especial» será parte de la lista de comida que tendrás que tener en tu despensa. Las barritas de granola y los licuados con proteína serán algo habitual en tu cocina.
No cabe duda de que es algo que efectuará o beneficiará a todos como familia. Todo depende del ojo con que lo veas.
El compromiso con un deporte y ser un atleta de alto rendimiento conlleva muchos pros y quizás -para algunos- también algunos contras, pero estoy convencida de que los beneficios siempre serán mayores.
El deporte no solo les brindará unión como familia también será un inversión que tendrá un valor invaluable en el futuro de tu hijo. Es posible que se convierta en una forma de ganarse la vida y en una herramienta más que le ayude a construir su futuro.
Si eres madre de un niño atleta me comprenderás y quizás hasta coincidas conmigo en algunas cosas y si aún eres mamá de un niño pequeño que le gusta algún deporte, no quites el dedo del renglón. No te rindas, que no te de flojera llevarlo a los entrenamientos, o bueno, que si te de, ¡pero aguanta! Te juro, te prometo que al pasar de los años, valdrá la pena.
Adri García
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