Hola mi nombre es Brenda Rodriguez soy de Monterrey y les voy a contar mi historia con el cáncer. En noviembre del 2018 me diagnosticaron con cáncer de mama; noticia que como la mayoría no esperas recibir jamás.
Dos meses antes había tenido mi cita anual con mi ginecóloga; y por rutina, me pidió hacerme la mamografía, pero no era urgente. En ese momento tomé mi receta y dije “no es urgente” así que la guardé en un cajón para después programarla.
A inicios del mes de noviembre, buscando otra cosa, al abrir el cajón vi la receta, y la guardé en mi bolsa para sacar la cita; y así fue, la saqué y el día del estudio fui acompañada de mi esposo y mis dos hijos. 3 días después me llamaron para decirme que tenía que hacerme una ecografía para complementar el estudio; desde ahí algo me sonó extraño, no me hacía sentido, no me dijeron ni por qué ni para qué. Al día siguiente acudí y la radióloga me dijo que requería el estudio, porque había visto algo que no le gustó mucho, me realizó la ecografía y me dijo que efectivamente la imagen confirmaba que había una células cancerosas en mi mama derecha, solo que para tener completa certeza necesitaba realizarme una biopsia, así que la programé lo antes posible, la agenda estaba llena, pero me dijeron que solo confirmaban con una paciente que tenía su cita al día siguiente que no había respondido, en ese momento le marcaron y canceló su cita y me podían dar ese espacio. En ese momento sentí que Dios estaba conmigo. La secretaria colgó la llamada y me pidió llenar un formato y me dio las instrucciones para hacerme la biopsia. Al día siguiente llegué puntual, me realizaron el estudio y me fui a casa a descansar tal como me lo indicaron ahí mismo. Al día siguiente me reincorporé a mis actividades diarias y solo me quedaba esperar el resultado.
A mí me parecía algo irreal, no parecía que estuviera pasando este proceso, puesto que en mí no había ninguna manifestación que se palpara en mi seno físicamente, no sentía dolor, tenía ningún síntoma, solo tal vez había bajado algo de peso sin razón aparente, pensé que podría ser diabetes, pero jamás imaginé que pudiera relacionarse con algún tipo de cáncer.
3 días después me llamaron del hospital para que pasara por mis resultados, me acompañó mi esposo, yo iba nerviosa, pero con toda mi confianza puesta en Dios. Escuché el diagnóstico de la radióloga y comentó que se trataba de un cáncer “in situ” … En ese momento mis primeros pensamientos fueron: muerte, dolor, sufrimiento, quimioterapia, mis hijos que en ese momento tenían 12 y 8 años; ¿qué iba a ser de ellos tan pequeños?
Me preguntaron si tenía antecedentes familiares, respondí que no, al menos no de manera directa, ni mi bisabuela, ni mi abuela, ni mi mamá. Me explicó que el término “in situ” se refiere a que sólo está presente en las células dónde comenzó y no se ha diseminado a ningún tejido cercano.
La doctora después de darme el diagnóstico, me dijo que la buena noticia era que el cáncer se veía en un grado muy inicial que tenía muchas posibilidades de salir adelante pronto. Pero pues yo tenía muchísimas dudas, no tenía la menor idea de lo que seguía, a dónde acudir, no conocía a ningún oncólogo por lo que les pedí que me recomendaran alguno. Me dio un par de tarjetas, pero también me dio la opción de ir al IMSS ya que tenía una buena referencia dentro del IMSS para ese tipo de enfermedades, saliendo de ahí nos fuimos directo a la clínica familiar que me corresponde. Realmente no utilizaba frecuentemente el servicio del IMSS así que no sabía cuál era el proceso a seguir, así que me fui a mi consultorio y la asistente me dijo que no había citas, me preguntó si era urgente a lo que respondí que sí, le enseñé los papeles del diagnóstico, se levantó de la silla y salió, cuando regresó me dijo que me acompañaría a coordinación y que ahí me atenderían, esperamos durante 20 minutos, al entrar estaba una trabajadora social, el coordinador y una psicóloga; me dijeron: “a partir de hoy, nosotros la acompañaremos en este proceso; no estará sola”, la psicóloga me dio una tarjeta con su teléfono y me dijo que en cualquier momento que lo necesitara le marcara; el coordinador me extendió un pase para la unidad de especialidades para ese mismo día, saliendo de ahí nos dirigimos directamente y nos atendieron ese mismo día, yo no podía creer en el “IMSS” me atendiera un oncólogo en el mismo día. Me explicaron el procedimiento a seguir y me programaron los exámenes pre-operatorios.
Después de recibir la información completa del diagnóstico, el doctor me hizo varias preguntas y me indicó que por el tipo de cáncer no era necesario retirar toda la mama, que podía sólo retirar una parte y seguiría unas sesiones de quimioterapia o radiación pero la cantidad me la diría después de la operación, todo se veía muy claro hasta que le mencioné que por un mal congénito yo solo tenía un riñón… ahí cambió el panorama, le dije que yo no sabía nada al respecto de la enfermedad, pero que había escuchado que las quimios como mataban células malas también se llevaba buenas, solo me dijo: así es, entonces le dije que si mejor me podía quitar la mama completa para evitar las quimios, me dijo que no me podía asegurar eso pero que tal vez si llegaban a ser menos, que eso ya se veía después de la cirugía; él insistió en que podía retirar solo una parte del seno y yo en que prefería que me la quitara completo. Yo me imaginé toda la mama sacaría de raíz esas células cancerosas. Después de estar de acuerdo se procedió a agendar la fecha de la cirugía y me turnó a una cita con el cirujano plástico para la reconstrucción del seno. Al principio yo no estaba muy convencida, pues ya me estaba visualizando con un relleno que había visto que existe sin embargo al tener la plática con la cirujana ella me convenció y accedí a que el mismo día de la operación se me realizara la reconstrucción y se me pusiera un expansor. La operación es reconstrucción duró alrededor de 3 horas y la estancia en el hospital solo 2 días más. Me fui a mi casa a recuperarme pasé la Navidad con toda mi familia me sentía muy apoyada por todos principalmente por mi mamá, mi esposo, e hijos quienes fueron mi principal fortaleza y motivación. Mi incapacidad laboral fue por 2 meses, en este tiempo estuve acudiendo periódicamente al doctor para revisar operación y expansor; a Dios gracias fue muy bien. El 21/03/2019 tuve cita de seguimiento y ese mismo día el doctor tenía los resultados de la biopsia correspondiente a la grasa mamaria que sacaron y me confirmó que ya no necesitaría ni quimio ni radiaciones, que solamente el seguimiento cada 6 meses y luego anual, el cual hasta el día de hoy llevo disciplinadamente.
Mujer, tú qué estás leyendo hoy esto, te quiero decir que en mi caso lo que me ayudó fue acudir a mis exámenes rutinarios de Papanicolau y mamografía, aunque no tenía ningún síntoma, fue simplemente para poner la palomita de cada año, 1 año antes no había nada y 1 año después sí, y gracias a la disciplina se logró detectar en una fase muy inicial.
Cuando el doctor revisó mi mamografía anterior vio que no había nada 1 año antes, por tanto, pudo determinar que esas células tenían menos de 1 año.
No esperes a que te sientas algo, yo no sentía nada, incluso el doctor al explorarme no puedo seguir las típicas bolitas eran muy pequeñas, pero el eco y la mamografía si pudieron detectarlas muy a tiempo.
Adicional a esto, el doctor me comentó que algo que también me había ayudado en mi pronta recuperación fue el tomar vitaminas y tener vida activa. Aunque no te conozco y no eres mi amiga, te pido que por favor te realices tus exámenes de rutina, ponte en primer lugar por ti y por tu familia, existe una variedad de campañas de instituciones públicas y privadas donde se ofrecen los estudios a precios muy accesibles y en ocasiones hasta gratis. Otra cosa que me ayudó en este proceso fue la fe inmensa en Dios, en quien en todo momento confié mi proceso y le dije; si tú me pusiste esta prueba, sé que tú me vas a sacar de ella con una mejor versión de mí, pues sé que para todo él tiene siempre un propósito bueno para nosotros, sus hijos.
Brenda Rodriguez
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