Sí, toqué fondo, perdí todo, pero hoy soy todo lo que siempre quise ser y no sabía. Me describo como una persona que quiso cambiar su destino y trabajó intensamente en ello hasta que lo logró. Con alegría y risas de por medio, con enfoque y concentración, con batallas ganadas, perdidas, derrotas y victorias. Con sabiduría aprendida en el camino.
Pienso que una mujer debe aprender a prevenir el desastre, en mi caso, el desastre era la visión que vendría después de decidir quedarme en casa viendo pasar los días, con tristeza profunda en mi cama mirando a la ventana, soñando con un castillo azul imaginario. Aparentemente era muy libre, sin embargo, no me sentía feliz, me invadía la tristeza y creo que era una depresión silenciosa por no haber logrado ser como mi esposo quería que fuera: no pude ser la chica sin panza. Y puede sonar gracioso, pero ese fue mi trauma por muchos años, me fui dando cuenta que él no me quería y hoy sé que viví violencia psicológica y más tarde, económica, viví con ello sin saberlo. Yo solo sabía que me sentía triste y también sabía que no quería vivir eso el resto de mi vida, no me veía a futuro siendo tratada sin amor, así que empecé a cambiar mi destino, al menos en mi mente.
Ese ya era mi desastre, pero el desastre para otras personas puede venir de distintas formas, puede ser que tu esposo falleció, que te quedaste sola sin familiares, que tu esposo se quedó sin trabajo, tantos más. Yo estaba en ese desastre, repito, y además tuvimos problemas económicos ¡y me culparon por ello! Me “castigaron” enviándome a trabajar (quizá fue ese el mejor castigo, pensándolo a la larga), lastimándome con palabras dolorosas de que “saliera a ganarme la vida”, más tarde no se me bajó de “zángano mantenido”, esas palabras me marcaron y a la vez me dieron fuerza y salí a conocer un mundo diferente, yo tímida, sumisa, abnegada, temerosa, pero sí, no sé de dónde tuve una fuerza interior que me dijo que de alguna forma yo podía lograr ser independiente.
Inicié en Bienes Raíces en el año 2012. Sí, pensé que era fácil, solo era cosa de mostrar casas nuevas, pensaba. Sin embargo, me di cuenta de que podía hacer más cosas: ayudar a las personas, lo cual, de extraña manera, me fascinó, además ¡podría ayudar a vender o rentar cualquier casa, nueva o usada! El aprendizaje fue intenso, siempre digo que hay algo en mí que tiene sed de aprender cada vez más, así fue como decidí ir conociendo a fondo todas las ramas posibles de un inmobiliario. Llegó el momento de la decisión y me separé de mi esposo. Fue tremendo, me dijo que jamás podría lograr nada sola, toqué ese fondo que tanto tememos, me fracturé un tobillo, me quedé sin dinero, llegué a vivir sólo con 500 pesos por semana y a veces menos. No voy a ahondar en esos terribles días de más y más malas palabras y discusiones. Lloraba, moría de dolor y mi medicina era el trabajo, el no pensar y accionar, yo sé que eso siempre será doloroso y no es hablar mal de mi exmarido, puedo decir que hoy en día nos vemos bien, me dio una pensión alimenticia y de allí empecé a ponerme la meta de que esa pensión acabaría un día y tenía que usarla sabiamente para sobrevivir y para invertir en mi aprendizaje, en mi emprendimiento. Por ello me dije eso, que ahora empezaría mi propio emprendimiento inmobiliario, quería ser conferencista y capacitadora y tener mi propia inmobiliaria, ¡quería éxito personal y éxito económico!
Dediqué un año de mi profesión a capacitarme como instructora y evaluadora de competencias laborales. Esa, lo resalto, fue mi mejor inversión, a la vez me fui especializando en temas de Infonavit hasta convertirme en lo que soñaba, y hasta más: capacitadora, conferencista nacional, evaluadora de competencias laborales de la Red. Conocer en el ámbito inmobiliario, emprendí mi propia empresa de capacitación inmobiliaria, hago eventos mensuales de capacitación en mi ciudad de Monterrey, además, tengo mi propia inmobiliaria y sigo emprendiendo en este gran gremio de bienes raíces.No ha sido fácil, aun así, mi pasión es ayudar a los demás, es profesionalizar asesores inmobiliarios, es empoderar a quienes quieren emprender en este tan interesante ámbito.
Ahora mi sueño es empoderar a todas las mujeres que de una u otra forma han vivido el desastre, sea cual sea, yo sé que las puedo enseñar a ser asesoras inmobiliarias, yo les puedo ayudar y en el camino he comprendido que no solo a las mujeres, también a los hombres, por supuesto.Esto es fascinante, no sé cómo con claridad (bueno, tengo una idea), pero soy reconocida a nivel nacional, logré destacar en un mundo inmobiliario donde la mayoría somos mujeres, pero pienso yo que los hombres por circunstancias son los mayores referentes, hasta el momento. Pues, yo estoy allí, existo, soy referente nacional como capacitadora de Infonavit. Soy también escritora, autora de 7 libros de Bienes Raíces, Inmobiliaria Instructora y Asesor Notarial.
Mi pasión es ver a las personas sonreír al vender, comprar o rentar casa.
Mi pasión es el Infonavit (¡por supuesto!).
Mi pasión es el aprendizaje constante de esta maravillosa profesión porque, lo sabemos, lo sentimos dentro de nuestra piel, nunca terminamos, nunca, de aprender.
Y solo puedo decirte a ti que me lees: ¡tú puedes! Que no te quede duda. Solo ten fuerza, paciencia, confianza, fortaleza, para levantarte de dónde estés, encuentra tu talento y fortalécelo, aprende un oficio, ten en la mente ser la mejor, pero, sobre todo, ¡hazlo ya y camina un paso, y otro y otro más, para accionar hacia a tus sueños!
Puedes tocar fondo, caer hasta el piso, perderlo todo, pero ¿sabes?, te tienes a ti y eso es más que suficiente para resurgir, tomar las riendas de tu camino, tener un propósito de éxito y paso a paso, lograrlo.
¡El Poder está en ti!
Alma Delia Gutiérrez Domínguez
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