Hola buenas tardes, mi nombre es Patricia Gaytán y te vengo a platicar mi testimonio ante el cáncer.
Soy sobreviviente de cáncer de mama desde hace 15 años y aún recuerdo aquella mañana que la Doctora me confirmó que era cáncer.
Cuando yo me detecté esa “bolita” (Dic.2006) recuerdo que estaba acostada boca abajo y sentí una ligera molestia en mi pecho derecho, me revise y sentí una bola algo mediana, pero a decir verdad no pensé en algo grave, la verdad pensé que era algo relacionado con mi menstruación (tenía 35 años) y lo dejé así para el próximo mes, pero para mi sorpresa, seguía esa bolita ahí, fue entonces que decidí ir a un ginecólogo, en la revisión , recuerdo que me dijo que era un tumor que para él por la apariencia ante el eco era benigno, no sé como pero solo ellos saben en que se basan para dar una respuesta a la ligera. Salí del consultorio un poco sacada de onda y ahí en la sala de espera estaba mi mejor amigo, que al decirle el resultado no me quiso creer, hasta que vio el eco, recuerdo que me abrazo muy fuerte y me dijo no va a pasar nada, vas a estar bien, al llegar a casa y darle la noticia a mi Familia, inicialmente cuando ven el eco pensaron que era un embarazo jajaja. Pero nooooo, era el eco de un tumor que sin saber, era maligno, recuerdo que mi hermana me dijo si es un tumor benigno, puedes ir al IMSS y ellos te lo quitan, fue así como en enero 19 del 2007 tuve mi primera cita en el IMSS, me revisaron, me mandaron a hacer estudios de laboratorio, no me mandaron a hacer mamografía ni eco mamario, solamente con estudios de laboratorio me dieron cita para cirugía ambulatoria, yo la verdad estaba tranquila pensando que sería un tumor benigno; llegó el día de la cirugía y ya estando en plena cirugía el Doctor me comenta que es un tumor grande, me regañó porque dejé que pasara mucho tiempo para revisar esto, pero la verdad desde la primera vez que yo me sentí la molestia ya era una bola mediana, me dijo que por la apariencia y el color era maligno, yo enseguida le pregunté que procedía y me dijo que quitar la pieza lo más pronto posible, pero primero había que mandar analizar el tumor a patología, en ese momento empezó mi angustia, y se me rodaron unas lágrimas de temor al ¿Qué sigue?
También me dijo que dejó un residuo del tumor porque ya estaba muy pegado al músculo y la anestesia ya se estaba pasando y pues iba a sentir el dolor. Salí de la sala llorando y angustiada, mi hermana que me había acompañado me preguntó ¿Qué pasaba por qué lloraba? Le comente lo antes mencionado y me dijo lo típico, no pasa nada vas a estar bien ya verás.
Todo mundo me decía vas a estar bien, ya verás que todo va a salir bien, solo mi mejor amigo una noche antes de ir por los resultados me dijo quiero que seas fuerte y que estés preparada para una buena noticia, pero también quiero que estés mega preparada para una mala noticia y que seas fuerte.
A la vuelta de ocho días, fui a que me quitaran los puntos de la cirugía y por los resultados de patología, para mi “buena” suerte no estaban los resultados aun, eso me hizo sentirme más tranquila, y pase con el cirujano a que me quitara los puntos, me reviso y recuerdo que me dijo que había cicatrizado muy bonito, lástima que mi pieza no iba a durar mucho tiempo, o sea no entendía cuál era el empeño del médico de que me quitaran mi pieza, aún sin darme un resultado, ¿Qué no se dan cuenta que lastiman al paciente?
A la vuelta de otros ocho días fui a recoger nuevamente los resultados esta vez ya estaban listos, pedí permiso a mi jefa para llegar tarde a la oficina, mi cuñada había querido acompañarme, pero le dije que no, que de seguro habían salido bien, ya que he escuchado que en el IMSS cuando es cáncer inmediatamente te mandan llamar y pues como no me hablaron, sentí esa seguridad de que todo estaría bien; cuando me toca mi turno de entrar al consultorio, la doctora ya tenía el resultados en sus manos y al momento de sacarlo del sobre y leerlo, me dice de forma tan tajante y fría SÍ, ES CANCER.
Sentí como un balde de agua fría sobre mi cuerpo, no sabía que decir, si llorar o hacerme la fuerte ante esa noticia y ver la cara de la doctora como si me estuviera diciendo tienes gripe, recuerdo que me dio una serie de instrucciones, de que ve a tal piso, habla con tal persona que te entreguen el tumor y lo llevas a tal clínica para que te den cita lo más pronto posible para cirugía y que te quiten la pieza lo más rápido, si se puede hoy mismo, y yo toda atónita no sabía qué hacer o decir, solo recuerdo que le dije, por favor apúntame en un papel todo esto que me está diciendo porque saliendo de aquí ¡ya se me olvidó todo!
Salí del consultorio en un mar de lágrimas, le llamé a mi jefa para decirle la noticia y que llegaría más tarde a la oficina, ella me dijo: ”ni te pares aquí en la oficina, arregla todo tranquilamente, haz lo que tengas que hacer y te marco mas tarde”.
Llamé a mi hermana mayor inmediatamente, quien fue por mi a la clínica 4, lo primero que me dijo fue, no te preocupes, vas a estar bien, tenemos que ver otras opiniones, se comunicó con el Dr. Andrés García, médico de medicina alternativa, en el trayecto a casa iba pensando mil cosas, pensaba en mi madre, la angustia que le iba a causar, verme consumir poco a poco, pensaba en mis sobrinos en que ya no los vería crecer, en mi mejor amigo, en lo que hice y no hice, pensaba en mil cosas, para esto en mi cel, entraban mil llamadas de amigos y compañeros de oficina, todos angustiados y dándome sus mejores mensajes de que iba a estar bien. El médico Andrés, me recibió al siguiente día muy amable y mediante las células de mi cabello me dijo, tu cáncer está encapsulado, tu pieza te la quitan si tu quieres, no porque lo diga el médico, tu pieza no está contaminada. Eso me dio una gran tranquilidad, pero aún faltaba otra opinión, la de un médico oncólogo, una compañera de la oficina, me dio los datos del Doctor José Luis Guzmán, el estaba trabajando de la mano con la fundación CIMA (aun en Monterrey), inmediatamente me comuniqué con la fundación, les platique mi caso y tomaron mis datos para darme de alta, de ahí me comunique al consultorio del doctor, quien me dio cita para el tercer día, el Doctor es médico cirujano mastólogo, especialista en cáncer de mama, llevé el tumor que me había entregado el imss y le platiqué mi experiencia, me preguntó que si me habían hecho los 20 mil estudios que te mandan hacer antes de tomar la decisión de quitar la pieza, cosa que le contesté que no, que solo me hicieron estudios de laboratorio, volvió a mandar el tumor a patología, y el resultado arrojó cáncer, ya con eso súper mega seguros de que es cáncer de mama, pero cuando me envió a hacerme estudios de todo todo mi cuerpo, de pies a cabeza, todo salió negativo para cáncer, por lo que me dijo que mi cáncer estaba detectado a tiempo, aunque fue etapa 2, estábamos en muy buen tiempo para tratarlo, por lo que lo que seguía era someterme al tratamiento que consistía en:
4 quimioterapias de las fuertes
12 quimios de taxol
30 radiaciones
10 años de pastillas (1 diaria)
Un total de 8 meses de tratamiento
Recuerdo que el Dr. Guzmán me dijo que para salir adelante ante esta enfermedad es muy importante ser muy positiva, no caer en depresión, porque ahora si me lleva la depresión, más no el cáncer, y así fue como tomé esta enfermedad, al toro por los cuernos, de una forma muy positiva, y agradeciendo a Dios por una nueva oportunidad de vida, cuando mi primer quimio me dijeron que iba a sentir mil cosas, pero gracias a Dios y yo creo que a mi buena actitud de ver la vida, no sentí muchas cosas de las que me habían dicho: viví los estragos de las quimio de una manera muy positiva, a los 21 días que fui por mi segunda quimio ya se me había caído el cabello, jeje, fue un poco divertido ver como me rapaban mi cabeza, no quise esperar a que se cayera todo, así que decidí que cuando empezó a caerse en mechones, me rapé, y no quise usar pelucas, todo mi tratamiento lo viví con turbantes, muy coloridos por cierto. No te voy a negar, si hubo momentos que me derrumbaba y me encerraba en mi cuarto a llorar y llorar, pero me limpiaba mis lágrimas me veía al espejo y decía eres fuerte y de esta sales porque sales.
Siempre llegaba a la clínica a mis sesiones de quimios o radiaciones con una sonrisa, hubo algunas pacientes que se me acercaron a llevarme regalos, decían que admiraban mi fortaleza y positivismo ante esta enfermedad, algunas se acercaron para decirme que me veía muy bien con mis turbantes muy coloridos, fue una etapa muy difícil, viviendo los estragos de esta enfermedad, viendo como cambiaba tu cuerpo, tus uñas, tu caminar despacio por que me agitaba, fue muy cansado el ir y venir al hospital, fue muy cansado estar entre mil estudios, pero siempre lo viví con una gran sonrisa, y decidí plasmar esta etapa con una sesión de fotos que me hizo un buen amigo.
Ahora a 15 años de esta etapa, le doy gracias a Dios por que estoy viva, disfrutando cada segundo de mi vida, disfrutando a mi Familia, mis amigos, viajar y ver lo majestuoso que es Dios al regalarnos tantas cosas que no vemos por estar ocupados en otras cosas, desgraciadamente cuando estamos sanos dejamos de vivir, de disfrutar, pero cuando pasas por una enfermedad como lo pasé yo, te das cuenta que debes agradecer cada cosas y disfrutarla, el canto de los pájaros, las flores, el olor a tierra mojada, disfrutar la lluvia, el sol, el frio, por que es signo de que estas vivo y sano para disfrutarlos.
Hoy te digo, QUIÉRETE, ÁMATE, VIVE, pero sobre todo CHÉCATE, que no te de pena ir al médico.
Patricia Gaytán
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