Cuando me invitaron a formar parte de esta edición de la revista, no sabía exactamente cómo empezar, ni que decir, creo que lo mejor que les puedo compartir es un storytell de lo que a mi me sucedió:
Creo firmemente que nada es casualidad, ni suerte, más creo en la causalidad, en que toda acción siempre termina en una reacción, en que todo lo que hagas hoy, tendrá sus efectos mañana, en el karma y más aún en la ley de atracción, pero todo esto no sirve si primero no decides imaginarlo, para después hacer un plan de acción detallado, (por favor en esta parte sé muy específico con fechas y pequeñas metas),
Y obviamente lo más importante que no solo se quede en planes en el aire, que nunca vas a realizar:
¡Por favor toma acción!
A veces el miedo nos paraliza y no nos permite obrar, a pesar de que tus ideas sean posibles, estén muy bien estructuradas y sobre todo, muy bien administradas, tienes que ganarles a todos, pero ¿y si algo sale mal?
Preguntarse:
¿Y si no te va bien? (Escuchando la voz de tu papá diciéndote que es mejor un trabajo seguro donde recibas tu quincena segura, donde te den prestaciones, porque él vivió en esa generación donde la “estabilidad” era sinónimo de éxito )
¿Y si no eres tan buena? (De tu jefe controlador que intenta sabotearte para que no dejes ese trabajo Godin de 9 a 6 todos los días)
¿Y si no tienes clientes? (De esa “amiga” envidiosa que tampoco se atreve a realizar sus sueños)
Yo empecé a trabajar desde muy chica, tengo Hiperactividad, básicamente no me puedo estar quieta, terminé en la universidad la carrera de Administración de empresas que agradezco todos los días de haber escogido porque a mi desestructurada cabeza le hacía falta muchísimo orden, imaginaba como hacer los procesos pero nunca les daba una estructura que pudiera fluir.
Primer consejo para tu YO del futuro, si estás pensando en si estudiar o no estudiar, por favor hazte un grandísimo favor que vas a agradecer todos los días y estudia, todo lo que puedas, abre tu mente y expándela, el conocimiento siempre es poder.
Recién graduada, terminé trabajando en una empresa que se dedicaba a la comercialización de productos de belleza.
(Yo en mi vida había sido una persona vanidosa, ni tampoco muy metida en esos temas)
No era el peor trabajo del mundo, pero tampoco el que más feliz me hacía, digo ganaba MUY BIEN, tenía horarios “flexibles”, estaba prácticamente a 5 minutos de mi casa (en una ciudad que todos hacen horas al trabajo), tenía la oportunidad de viajar MUY SEGUIDO, entre otros beneficios.
Al final me dediqué a las ventas de un lifestyle, de un sueño que compartido por muchas mujeres que es tener un propio negocio, hacer una carrera en un ámbito poco explorado para que la gente que no se dedica a la belleza, se trata de la carrera de micropigmentación, especializada en microblading.
Hasta que un día me vendí la idea que le repetía a cada cliente todos los días:
¡Sé tu propia jefa!
¡Ya no dependas de un horario!
¡Ten más tiempo para tu vida!
¿Cuánta vida te está costando tu salario?
¿Cuál es tu motivo de inspiración?
Para ser honestas, hacer microblading no es algo sencillo, si así fuera, todas lo harían y además serían exitosas en ello, este tipo de técnica conlleva MUCHÍSIMA PACIENCIA, horas de práctica, mucho estudio, y básicamente obsesionarse con las cejas.
Al comenzar yo sentía que era una persona que tenía todo en contra, cero artística, no sabía ni dibujar bien, mis habilidades eran más bien alfanuméricas, y sobre eso tenía una condición en mis manos que se llama hiperhidrosis, que básicamente es que mis manos están húmedas todo el tiempo que me pongo nerviosa o hace mucho calor, y sobre todas esas limitantes un día comencé a practicar, contra marea, contra estándares, contra todo.
Tengo que admitir que toda mi vida voy a estar agradecida con ese hombre que me enseñó a hacerlo, que tomaba ratitos de su día para explicarme, totalmente desinteresado, sin pedir nada a cambio, para mi ese lugar fue una plataforma y esa persona es un gran Maestro.
Tome un viaje de introspección durante un mes, y durante el viaje decidí tomar acción:
Dejar ir para que mejores cosas vengan…
Renuncié a todo, absolutamente todo, departamento, contratos, trabajo, cabina, estabilidad y absolutamente todo, todo lo que me atara o me detuviera en ese camino que sentía que era el que debía yo emprender.
Obviamente al llegar de viaje estaba súper gastada, básicamente sin nada de ahorros.
Y NADIE QUERÍA O ME PODÍA APOYAR, ni mis papás, ni mis familiares, ni mi entonces pareja, la ayuda vino de quien ni siquiera tenía los medios para hacerlo, él había visto cuánto me había preparado para este momento, mi mejor amigo pidió tarjetas de crédito, creyó en mí mucho más de lo que yo misma hacía, me dio ese empujón que necesitaba y sobre todo ese soporte que siempre voy a agradecer.
¡Bendita administración! Empecé en un lugar donde los gastos fijos eran muy bajos, y un lugar muy reducido, inventariando todo, teniendo todo controlado, los espacios el personal y con quien yo compartía este espacio, y poco a poco gracias a la buena administración y en plena pandemia salimos adelante, y no solo eso, lo logramos con muchísimo éxito, logrando posicionarnos en el primer lugar en buscadores de Google, agendas saturadas todos los días, terminé una certificación en dermocosmiatria, y abrí junto con mi socia un spa que gracias a Dios está teniendo muchísimo éxito y cada mes ampliamos más los servicios, empezamos con una línea de Skin Care, que nosotras mismas desarrollamos, se vende como pan caliente, ahora tenemos un proyecto reciente con una línea de maquillaje natural en proceso de expansión, no podría sentirme más realizada al día de hoy, aún tenemos muchos planes y mucho trabajo que hacer, pero vamos poco a poco un paso a la vez, sin desestabilizarnos.
Entonces, espero que te quedes con varios consejos, el primero sueña tan grande como puedas, si no te da miedo el sueño no es tan grande, El segundo, tómate tu tiempo para planear cómo conseguirlo, ¡Pero escríbelo! Ponle fecha, El tercero, organiza tus recursos, adminístralos con claridad, no te desestabilices y haz un plan de retorno de inversión a corto plazo, El cuarto, rodéate de personas con una visión parecida a la tuya o mejor, nos convertimos en las 5 personas más cercanas que convivimos, y salgan adelante juntos si quieres llegar rápido, camina solo, si quieres llegar lejos, camina acompañado.
El quinto ¡TOMA ACCIÓN! No lo dejes en simples planes, hazlo, que nada te detenga, y si te equivocas, la vida está hecha para eso, para aprender.
El sexto, siempre mide todo, tus ganancias, el tiempo invertido, tus gastos, tus inversiones, tu trabajo, todo; si no se puede medir no se puede mejorar.
Mariel Ramos
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